Al otro lado del río esperaba mi amigo. Él era Mikael, un granjero de orígenes hindúes que amaba la tierra, sus gentes y el conversar sobre la vida. Me llamó después de muchos años sin vernos y únicamente me dijo estas palabras: “Ha llegado el momento. Te adjunto ubicación”.
Aquel lugar era un paraíso. Verde frondoso, agua en cascada, viento fresco, sol radiante, canto de aves, silencios, horizontes. Un lugar por explorar y una única pregunta ¿Qué es lo que vengo a hacer aquí?. La confianza plena en Mikael no dejó calar en mi ningún atisbo de duda.
- ¿Qué experiencia que aún no has probado te gustaría vivir? – me preguntó nada más verme.
Por mi parte, una mirada hacia todo ese entorno, perpleja, y un largo silencio, dio la respuesta. Y él continuó diciendo:
- Pasar a este otro lado ha significado para mi una experiencia vital de confianza y conexión. Cada uno de los elementos que aquí ves forman parte de mi, al igual que de ti. Cada una de las personas que aquí habitan son parte de nosotros y están aqui para acompañarnos en el sentir desde un lugar diferente.
En aquel lugar habitaban personas muy diversas, y donde las relaciones sociales, la colaboración y el apoyo mutuo estaban muy presentes. Entre ellas se establecían vínculos sanos, donde el respeto y el entendimiento eran la base de su comunicación.
Ese otro lado representaba mi parte más amorosa y vulnerable pero a la vez grandiosa. Era esa parte de mi que se expresaba sin prejuicios y con naturalidad. Ese otro lado era el que tanto tiempo había anhelado que llegara a mis manos y tocara mi corazón…, pero que protegía con mucho miedo a ser dañado.
Podríamos decir que también era mi lado izquierdo. El que tantas contracturas y dolores había sufrido y que estaba pidiendo a gritos soltarse de una vez. Toda una parte emocional bloqueada que mi cuerpo había somatizado y que ya era el momento de liberar.
Así pues, fue un miércoles 30 de junio de 2021, cuando ese lado emocional estaba siendo acogido por mi amigo Mikael, acompañado por aquellas generosas personas, y cuidado por la “madre” naturaleza. Por todo ello hoy me siento enormemente agradecida.
Abre tus ojos y todos tus sentidos para despertar al ser humano que habita en ti.
Me ha parecido una maravillosa reflexión, muy constructiva e inspiradora.